El omega 3 destaca por su potente capacidad para reducir la inflamación de forma natural.
Aunque técnicamente no se trata de un alimento, sino de un tipo de grasa esencial, su impacto positivo en el organismo lo convierte en un nutriente clave para mantener una buena salud general. Su eficacia está respaldada por numerosos estudios científicos.
Uno de los más relevantes se publicó en el año 2022, realizado por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá). En este estudio participaron personas con alto riesgo inflamatorio, principalmente fumadores crónicos mayores de 55 años, a quienes se les administró un suplemento diario de omega 3 durante seis meses.
Los resultados fueron notables:
Se observó una disminución significativa de la proteína C-reactiva (PCR), un marcador clave de inflamación sistémica. Además, también descendieron sus niveles de prostaglandina E2, otro indicador de procesos inflamatorios, y se redujo el cociente entre granulocitos y linfocitos, lo que refleja una menor inflamación crónica en el organismo.
Estos hallazgos confirman que el omega 3 no solo es beneficioso en teoría, sino que realmente funciona.
Sin embargo, no todos los suplementos de omega 3 son iguales. Su efectividad depende principalmente de la presencia y proporción de dos moléculas específicas: el EPA y el DHA .
El EPA (ácido eicosapentaenoico)
Es especialmente potente reduciendo la producción de sustancias proinflamatorias como las prostaglandinas o los leucotrienos. Es clave para modular la respuesta inflamatoria y cuidar de tu salud cardiovascular.
El DHA (ácido docosahexaenoico)
Por su parte, tiene un efecto más profundo a nivel cerebral y neurológico, pero también ayuda a equilibrar la inflamación de bajo grado que muchas personas arrastran sin saberlo.
A pesar de sus múltiples beneficios, es importante tener en cuenta que no todos los suplementos contienen las cantidades adecuadas ni la proporción ideal de EPA y DHA. Además, muchas personas desconocen cómo integrarlo correctamente en su alimentación diaria.
Incorporar omega 3 de calidad, ya sea a través de la dieta o la suplementación, puede ser una estrategia efectiva para reducir la inflamación, proteger el corazón y cuidar la salud integral.
¿Cómo obtener Fish Oil – Omega 3?
El omega 3 se encuentra de forma natural en alimentos como los pescados grasos (salmón, atún, sardinas y caballa), las semillas de chía, lino y las nueces. También está presente en aceites vegetales como el de linaza y canola, ideales para incluir en una dieta equilibrada.
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